miércoles, 17 de junio de 2009

LLUVIA DE RECUERDOS



Nuevamente regreso a este espacio para dejar fluir las palabras que mi corazón me susurra al oído…

Mis amigos y yo hicimos la cita a las 3 pm para platicar y salir a divertirnos juntos. Ayer desperté, me metí a la ducha, salí y me arreglé, comí, tomé mis cosas y me fui a la escuela. Llegué hasta la última estación de la línea y entonces salí del metro para llegar a mi facultad. Cuando iba bajando las escaleras, las gotas comenzaron a caer del cielo.


Caminé y caminé sin importar que mi arreglo personal se estropeara con la lluvia. Daba un paso tras otro a la vez que las gotas se estrellaban contra mí, y yo, con la mayor tranquilidad del mundo seguía mi curso con la finalidad de llegar a la escuela.


Pronto la lluvia se tornó más intensa y sentí cómo mis zapatos se inundaban, mi ropa estaba empapada al igual que mi bolso. Sabía que los libros y cuadernos que portaba en él iban a mojarse, pero no le tomé importancia, yo sólo quería caminar en medio del chubasco. Avanzaba sin ninguna preocupación y sin nada en la mente, de pronto me pregunté ¿Por qué me siento tan bien cuando el viento se estrella contra mi cara y hace volar mi cabello a la vez que las gotas de lluvia se impactan en mí?


Algo en mi subconsciente me daba una sensación de tranquilidad y bienestar que hace mucho tiempo no sentía… entre la lluvia y la gente que, oculta para no mojarse volteaba a verme con desconcierto, tu recuerdo volvió a invadir mi mente. Fue maravilloso volver a recordar el día en que volviste a traer esa parte de mi infancia que por un tiempo dejé perder: disfrutar la lluvia sin preocupación alguna y empaparme a media calle jugueteando con el agua.



Cómo olvidar aquel día en que, tomados de la mano, me llevaste a caminar justo cuando se desató el aguacero y caminamos por las calles sin pensar en nada más que nosotros. La gente sólo volteaba a vernos con gran sorpresa, pues nadie hacía lo que nosotros; después, nos paramos a mitad de la calle y nos besamos, sintiendo el agua recorriendo nuestros rostros y nuestros labios unidos emanaban amor.


Me perdí entre los recuerdos, yo sólo caminaba hacia mi destino como un robot ya programado, pero yo no estaba consciente de lo que hacía, sólo pensaba en aquel día maravilloso que me regalaste; recordé cuánto lo había disfrutado y sonreí otra vez, con tu persona pintada en mi mente y en mi corazón.


Cuando llegué a la escuela la gente me veía como si fuese una loca, pues el agua escurría de mi cabello y de mi ropa y mis zapatos también estaban empapados, pero yo andaba por los pasillos como si nada hubiese pasado, como si mi atuendo estuviera perfecto… no importaba si mi ropa estaba escurriendo, porque mi corazón estaba entusiasmado y mi rostro volvía a sonreír.


Ayer fue un día como aquel, no idéntico pero sí parecido. Lo único que faltó para completar la magia fuiste tú, mi amor. Gracias nuevamente por haberme hecho vivir y disfrutar el tiempo a tu lado, gracias por enseñarme que estar viva no sólo consiste en respirar, sino en disfrutar cada día de mi existencia.


¡Gracias amor! Te estaré eternamente agradecida por tantos momentos preciosos a tu lado.



I love you baby…




Con el corazón en la mano...





Jaqueline

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