domingo, 18 de julio de 2010

¡Me a-t-u-r-d-e!

Esto de estar confundida, con sentimientos encontrados ¡me aturde!

Qué complicado, pero en fin...

Oye, te extraño... sí, aún te extraño y te recuerdo perfecto

domingo, 11 de julio de 2010

A dos años de la tregua

03/07/2010


A veces quiero gritar que estoy harta de todo y de todos. Otras veces irradio felicidad. Hoy no fue un día fácil, sino todo lo contrario. Otra vez fue necesario mostrar una sonrisa mientras el mundo se derrumbaba aquí dentro.

Estos altibajos me están matando, y, sinceramente, es lo que quiero. A pesar de tener todo para ser feliz, me faltas tú, no me importa si ha pasado uno, dos o mil años desde tu muerte, el hecho es que sigues aquí, conmigo. Tal vez no es lo correcto, y posiblemente tampoco sea incorrecto, pero honestamente, ya no me importa lo que sea, sólo quiero seguir teniéndote aquí.

Hoy es 3 de julio de 2010. Dos años desde que caíste en el sueño eterno. Después de un ritual a tu nombre y en honor a ti al que evidentemente yo no faltaría, vuelvo a sentir esa sensación de vacío. En verdad me haces falta, te llevaste mis sonrisas más sinceras, pero sobre todo te llevaste lo mejor de mí, el corazón.

Tengo sentimientos encontrados. Estoy enojada, estoy triste, desesperada, harta, confundida… qué más puedo decir.

Hace algún tiempo tenía ganas de leer algún libro escrito por Mario Benedetti, entonces una persona especial me prestó “La Tregua”. Muchos meses después por fin pude leerlo (aprovechando las vacaciones).

Para ser sincera, me estaba aburriendo el texto, hasta que llegué la última parte del libro. La joven con la que sale el señor Santomé, muere. Eso fue como una puñalada directa a mi corazón.
Fue inevitable recordar cierta etapa de mi vida, a la que en este espacio he hecho alusión la mayor parte del tiempo… aún me duele… y mucho.

Últimamente he pensado mucho en ti...

Aquí unas palabras de Martín Santomé a la muerte de su novia:

[…] moví los labios para decir "Murió", porque murió es la palabra, murió es el derrumbe de la vida, murió viene de adentro, trae la verdadera respiración del dolor, murió es la desesperación, la nada frígida y total, el abismo sencillo, el abismo. Entonces, cuando moví los labios para decir:"Murió", entonces vi mi inmunda soledad, eso que había quedado de mí, que era bien poco […] por eso cuando movía los labios y decía: "Murió", me sentía atravesado, despojado, vacío, sin mérito.

No es raro que me identifique con él.

Te amo. No sé cómo, dónde, ni cuándo, sólo te amo.