martes, 23 de junio de 2009

FELIZ ANIVERSARIO


25 de mayo de 2009


Esto es como las efemérides: un día como hoy, pero del año pasado, Jaqueline era feliz.


Realmente no sé en qué consiste la felicidad. Antes era sinónimo de un beso, un abrazo, un te quiero, un te extraño… no sé, hay tantas cosas atormentadoras de la vida.


Hace un año estaba “comprometida”… bueno, eso suena muy serio, así que mejor diré que hace un año tenía una pareja… la mejor del mundo. Tengo tantas imágenes frescas en la cabeza, tan frescas como si las hubiera vivido hace sólo un minuto.


Amor, ¿recuerdas el día que nos conocimos? Yo también, perfectamente: fue un viernes veintitrés de mayo de 2008… yo tenía que ir a un curso para preparar mi examen al IPN y después iría a verte. Yo iba muy apresurada porque sabía que llegarías puntual y yo llevaba aproximadamente diez minutos de retraso.


Corrí para llegar puntual, pero mis intentos fueron inútiles… 4:00 pm, una llamada a mi celular:
-Hola, ya llegué, ¿en dónde estás?


Huy, me sentí apenada por no llegar a tiempo… cinco minutos después, otra llamada:


-¿En dónde vienes?


-Ya llegué, pero no te veo. ¿En dónde estás?


-Debajo del reloj, donde quedamos.


-Yo también estoy debajo del reloj y no te veo.


Volteamos al mismo tiempo, nos miramos y sonreímos…

-¡Hola otra vez! ¿Nos vamos?


-¡Hola! Sí, vámonos.


Así comienza la historia de un amor que no tiene final… sólo pasaron dos días llenos de mensajes e indirectas que yo aún no terminaba de entender, o al menos no quería creer.


El domingo presentaba mi examen y yo estaba muy nerviosa, porque representaba dar un gran paso y me daba miedo no ser admitida en la institución. Desde temprano comencé a recibir mensajes de texto deseándome éxito y suerte. Esperaba con ansias el tuyo, ni siquiera el de mi ex pareja, sólo necesitaba leer tus palabras para entrar a responder el examen con toda la tranquilidad del mundo… llegó la hora de apagar los celulares y tu mensaje no llegó.


-Tal vez lo olvidó… tal vez aún está durmiendo… tal vez está trabajando…-pensé.


Respondía el examen y tu imagen invadía mi mente, pero hice todo lo que pude por concentrarme en lo que hacía.


Terminé el examen, salí del aula y prendí mi celular nuevamente… un mensaje de texto: Hola niña, échale ganas, concéntrate, no te distraigas con los demás niños. ¡Suerte!


Una sonrisa se pintó en mi rostro, pues no lo olvidaste, sólo que el mensaje llegó un poco tarde. No detuve mi caminar para leer el mensaje, pero lo comprendí perfectamente; fue tanto el júbilo que me invadió, que en ese mismo instante respondí el mensaje, sin detenerme porque la demás gente que salía de los salones de clases me lo impedía… ¡por poco me estrello por ir viendo lo que escribía y centrar mi mente sólo en las palabras que te diría en ese momento!


Envié el SMS y enseguida respondiste… así seguimos la charla, platicando de cualquier cosa, no importando si eran asuntos con o sin sentido, pero no dejamos de dialogar durante la tarde. Nuevamente comenzaste con indirectas pero yo me resistía a creer que querías tener algo conmigo porque, sinceramente, yo me sentía poco para ti.


Estúpidamente evadía tus indirectas, hasta que sentí que comenzaste a ponerte triste por no obtener una respuesta, pero es que a mí no me gusta hacer interpretaciones, porque si me equivoco me siento tonta al pensar cosas que tal vez no son de la manera que yo las imagino. Por fin me armé de valor ante un comentario tuyo y te dije que me dijeras las cosas como son para saber qué era lo que pretendías conmigo.


Finalmente, te decidiste a peguntarme: ¿vamos a andar? ¡Wow! No podía creer lo que leía… a pesar de la sorpresa, bienestar y felicidad que me provocó tu mensaje, yo no estaba segura para responder con un “sí”, pues no aún no me había recuperado de mi última relación, misma que recientemente había terminado.


Respondí con un absurdo “Sí, si quieres”, y tú dijiste “No, no es si yo quiero, es si tú quieres”, entonces contesté “Yo sí quiero, ¿tú quieres?”… “¡Sí!”… perfecto, hoy dejo de ser soltera. En ese momento ser tu novia tal vez no representó algo importante, porque yo tenía una postura indiferente ante la vida… después, mi vida no dejó de ser mágica, intensa, hermosa, por la simple razón de tenerte a mi lado.


Fue casi un mes después de ese día que ahora es para mí maravilloso, cuando caí en coma… después de un año despierto e intento pensar que tu muerte fue sólo un sueño que tuve mientras dormía, me niego a creer que ya no estás aquí, pero no, todo indica que lo que intento concebir como una pesadilla en realidad ocurrió… me siento morir al saber que no tendré más tus abrazos, tus besos, tus palabras, tu persona… habría muerto contigo si lo hubieras permitido, así como lo platicábamos… ¿lo recuerdas?


De ser posible, habría muerto a tu lado… ¡Bah! ¡Patrañas! La verdad es que morí el mismo día que tú, porque al enterarme que habías fallecido, todas las lágrimas que había guardado durante toda mi vida, producto del orgullo de que nadie me vería llorar, salieron de mis ojos cual monzón, y cuando se secaron, mi corazón se detuvo y morí el mismo día que tú…


Aquí yacen los restos de Jaqueline Ferrer y del amor de su vida… descansen en paz, así sea.




Amor, siendo 25 de mayo de 2009 te escribo este texto para que sepas que no dejo de pensar en ti ni un solo día… que morí en vida desde el instante que te perdí, que nadie jamás ocupará tu lugar y que fuiste lo mejor de mi vida. ¡Feliz y desgraciado aniversario mi amor! Te amo.



“Ojalá estuvieras aquí… recuerdos.”

1 comentario:

  1. ay ñoña se me returcen las tripas con su post, estoy realmente sin palabras ante tanto amor que te dieron y te quitaron tan pronto, que bueno que la sigas amando así, que bueno que un amor así prevalezca

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